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MEDIACIÓN FAMILIAR

Para la mediación familiar el punto de partida no es un problema legal, sino que la crisis familiar es reflejo de un problema personal, y por ello la solución no debe encontrarse necesariamente en el Derecho, sino en las propias personas, que son quienes están en mejores condiciones de saber qué es lo mejor para solucionar su problema personal. No obstante, no podemos dejar del todo apartada la vertiente jurídica del conflicto familiar, por lo que se requerirá de la intervención de los operadores jurídicos que garanticen los derechos de las partes y por supuesto que los acuerdos alcanzados en el procedimiento de mediación hayan sido adoptados de forma libre, consciente y voluntaria.

RUPTURAS DE PAREJA

Una ruptura matrimonial no es igual a una ruptura familiar. Lo que supone una ruptura matrimonial es el final de una vida conyugal, pero la continuidad familiar, representando una nueva forma de organización y relación entre los miembros que la componen. La calidad de estas relaciones familiares se va a ver menos afectada si evitamos el acudir a los Tribunales y conseguimos solucionarlo de manera no contenciosa. 
 
La idea de separarse con un menor coste emocional, reduciendo el nivel de conflicto entre ambas partes, y evitando una tramitación legal contenciosa, que acabaría sacando a la luz pública la vida privada, es algo que las personas que van a separarse o divorciarse tienen muy en cuenta y por eso la mediación es una vía alternativa muy atractiva por sus múltiples beneficios. 

 

La meta es fomentar la cooperación como padres y no la lucha por ver quién finalmente se queda con el menor, intentando que comprendan lo fundamental que son ambos para la vida y desarrollo del menor.  

 

Se les enseña a comunicarse como padres para que juntos proporcionen un futuro seguro a los menores, admitiendo su comunicación nula en el campo de pareja.


SÓLO EN LA DEMOCRACIA ES POSIBLE PENSAR EN LA PARTICIPACIÓN DE LOS CIUDADANOS EN LAS DISTINTAS INSTANCIAS RELACIONADAS CON LA VIDA SOCIAL ORGANIZADA. 

 

LA MEJOR VICTORIA ES AQUELLA EN LA QUE GANAN TODOS

En la actualidad muchas parejas se separan, y en muchas ocasiones, la separación se realiza de forma traumática. Con la mediación se pretende que esta separación no provoque más daño del que ya se ha producido en el seno de la pareja.

 

Desde la mediación familiar podemos buscar acuerdos a este tipo de cuestiones:

  • ¿Cómo repartimos los bienes y las deudas comunes?

  • ¿Qué tiempo vamos a compartir cada progenitor con nuestros hijos?

  • ¿Qué haremos con el domicilio familiar?

  • ¿Cómo nos organizaremos económicamente?

  • ¿Cuáles son los gastos de nuestros hijos y como los afrontaremos en un futuro?

  • ¿Cómo se lo explicamos a nuestros hijos?

DECÁLOGO DEL BUEN DIVORCIO

  1. El divorcio y la separación es algo más que un procedimiento legal. 

  2. El problema no es el divorcio o la separación, sino “el mal divorcio o la mala separación”. 

  3. De común acuerdo, todos ganan.  

  4. La separación o el divorcio afecta a la relación conyugal, pero no supone la ruptura familiar. 

  5. Las responsabilidades parentales continúan tras el divorcio o la separación. 

  6. Es necesario que los progenitores mantengan una coherencia en los criterios educativos en relación a sus hijos. 

  7. Es necesaria una implicación activa por parte de ambos progenitores, en la que se compartan las mismas responsabilidades propias de la educación o crianza de los hijos. 

  8. Es deber de los progenitores el facilitar la adaptación de los hijos a la nueva realidad familiar, evitando colocarles en graves situaciones de riesgo. 

  9. Los hijos no son propiedad de ninguno de los progenitores. Los hijos son personas con derechos y necesidades. Los progenitores tienen la responsabilidad de velar por su bienestar psicoemocional. 

  10. Es derecho tanto de los hijos como de los progenitores, el poder mantener una relación paterno-filial sana y adecuada.

HERENCIAS Y TENSIONES FAMILIARES DERIVADAS DE LA GESTIÓN DEL PATRIMONIO

En muchas ocasiones las herencias son motivo de conflicto. Además de la parte material, afloran tanto necesidades sentimentales hasta ahora ocultas como necesidades económicas. Con la mediación se abre la posibilidad de poder comunicarse y llevar esta situación de una manera más soportable.

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